He visto la lucha libre por TV abierta durante muchos años, voy a la arena México solo a ver eventos magnos del CMLL y a eventos de la AAA cuando se presenta, semana tras semana fiel a la tradición mexicana y después o antes de filosofar con Maussan, sintonizo las luchas y semana con semana entraban dos hermanos, pequeños niños y amigos, no recuerdo su edad, pero en aquel entonces empezaban la primaria, y semana tras semana ignoraban la lucha libre aunque estuviera con volumen fuerte o gritara yo de emoción en algún lance o castigo. Luego, empezaron las transmisiones abiertas de la WWE y como todos los niños pequeños viéndolas se volvieron fans de ellas, era raro escucharlos mal pronunciar esos nombres gringos con la magia y pasión que solo un ídolo puede provocar en un infante. Y así siguieron pasando los fines de semana hasta que un sábado de CMLL uno de ellos volteo a curiosear y me grito “¿Por qué no me dijiste que estaba Smackdown”?, callé y se sentó a ver las luchas. Después de horas de comerciales monótonos y de notar que nunca salió Rey Mysterio niRandy Orton ni nadie que tuvieran en sus “Tazos” se dieron cuenta que no era la WWE, y empezaron a comentar al CMLL: “¡Eso que!”, “Esta bien chafa”, “Y esos gordos que”, “no son luchadores, no aguantarían los golpes de la WWE” etc. Un poco indignado pero con más ganas de ver la transmisión los ignore y continúe viendo hasta el final. Acabada la función volteo a verlos y ambos estaba dormidos, entonces mi indignación se volvió reflexión y entendí: ¿Cómo puedo ver yo al CMLL, que ni siquiera los niños (el publico más dócil para eventos de espectáculos o deportivos) prestan atención?.
El domingo era o es de la AAA (malditos horarios cambiantes) empezó la transmisión y como de costumbre llegaron ellos y dijeron –otra vez estas viendo esas luchas, que mal, te recomendamos las de RAW, luego empezaron a reírse. Entre que jugaban y hacían la tarea volteaban a ver la transmisión de la AAA y en ocasiones logro captar su atención y dejarlos boquiabiertos con esa “historia telelnovelera” que nos ofrecen además de la lucha libre, sin embargo prejuiciados por el CMLL decidieron ignorarla y descalificarla, hasta la lucha estelar, no recuerdo quien peleaba en esa ocasión pero se quedaron atentos hasta el final sin perder detalle en la orilla del sillón.
¿A que viene toda esta historia? Pues muy sencillo, antes de ser director de Teatro o fan de la Lucha Libre por muchos años, soy parte del mediocre publico promedio, ese que no está en ninguna porra y no tiene ningún conocido que me presente a algún luchador ese que no puede conseguir boletos de primera fila en taquillas nunca, ese que al comprar mis entradas mantiene en pie al CMLL (ellos viven porque el publico mediocre como yo sigue acudiendo a sus eventos) EXIJO algo de mayor calidad, exijo un evento de acuerdo al presente de este país y su gobierno que nos explota, nos roba, que nos cansa y que el único escape a esta realidad que nos ofrece, son las telenovelas y los deportes. Exijo una función que realmente se convierta en pasión y que me haga olvidar por un par de horas todo, exijo que la empresa con mas historia en la lucha libre mexica abra los ojos y devuelva la Lucha Libre a competir con el futbol, sé que pueden hacerlo solo es evidente que están dormidos, estoy dispuesto a pagar un poco mas pero den una maldita función que no sea predecible; las figuras estelares, esos luchadores que aclama o abuchea la gente con amor u odio no los hace una bola de empresarios con luchas programadas y planeadas (A menos que quieran crear estrellitas sintéticas y desechables como en la WWE que cuando acaban contrato buscan refugio en la TNA), Esos ídolos no son creados por hombres en traje ni tampoco son aquellos que llevan años luchando y que se merecen todo el respeto del mundo, son los que el publico promedio como yo crea viéndolos dar lo mejor de si; recuerdo el placer que me dio arrojarle un vaso al entonces Místico rudo (como aquellos tiempos de oro de la lucha libre que no viví pero que como he visto en internet, documentales y videos piratas), esa magia que sentí por unos minutos es la que exijo durante más de una hora, quiero volver a vivir sus eventos máximos en mi casa con un DVD que amablemente el señor del primer pasillo del tianguis de la lagunilla, ese que esta muy cerca del metro consigue, ya que nadie puede ver o recordar sus funciones si no van a la arena o “cazan” un año después la transmisión del evento.
Lucha con lucha es lo mismo, las mismas tercias, los mismos luchadores, los mismos pronósticos, y las arenas están vacías por esto, no porque la economía no rinda para pagar un boleto, ¿como es que la AAA en Pachuca llena mucho más cancelando y cambiando el día de su función por lluvia? ¿Cómo puede llenar la WWE sus eventos con esos precios exorbitantes?, el problema no es el dinero, el problema es el espectáculo triste que ofrecen. Los tiempos han cambiado y si bien ustedes son los conocedores de la lucha libre y yo solo un mediocre espectador promedio (al menos eso me han hecho sentir últimamente) entiendo que los conocedores de lucha libre, esos que saben fechas y nombres de memoria son la minoría y que ellos no pueden mantener su empresa de pie, necesitan al resto de la gente, necesitan esos niños que quieren saber, necesitan a los que no tenemos identidad de la lucha libre mexicana por haber vivido toda nuestra vida en esta etapa de decadencia total.
No quiero decir que hagan una telenovela como la AAA o que limiten la cantidad de movimientos de los luchadores como en la WWE, tampoco seria bueno que quitaran las tercias, eso les da personalidad, ni que se jueguen el todo por el todo con una idea arriesgada como la EAW con su impresionante ring (con quien tuve platicas de trabajo pero solo quedo en eso), solo es cuestión de darle personalidad y sinceridad a su empresa.
Espero no haber aburrido pero me cansé de quedar callado, esta carta estará dirigida a quien quiera leerla, empresas, medios impresos o quien quiera, si ofendí a alguien, pido una disculpa sincera, mi intención no es insultar, espero ser leído y enterarme de eso, ya que no soy ni reportero con fuentes confiables ni amigo del “jefe de la porra” con contactos ni nadie, solo soy el mediocre espectador promedio.
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